#61 Enseñanzas para maestros de un Camino de Santiago sin terminar
Hoy quiero exponer algunos paralelismos/enseñanzas que he extraído del Camino de Santiago. Enseñanzas que pueden resultar de utilidad para la labor docente, sobre todo, cuando se quiere poner en marcha algún que otro proyecto o afrontar algún reto personal.
[piopialo vcboxed=»1″]Enseñanzas para maestros de un Camino de Santiago sin terminar[/piopialo]
Pero antes, y después de tanto tiempo, verano de por medio, quería recordarte algunas cosas con respecto a los cursos de educación física:
- El curso de Juegos con Material Reciclado se completó.
- El curso TIC y EF también se ha completado durante el verano. Un curso TIC pensado para aumentar el tiempo de compromiso motor de los chicos y ofrecerles herramientas para que puedan utilizarlas en su tiempo de ocio.
- Y actualmente se está desarrollando el curso de Programar en EF a través de acciones motrices (LOMCE). En la tercera clase estuvimos viendo cómo cada acción motriz es propicia para trabajar un tipo de competencia concreta.
Como ves, muchas novedades, porque los cursos de formación no han parado durante todo el verano. Como sabes, todos los miércoles publico una nueva clase del curso que se esté desarrollando.
Pero vamos a lo que vamos y veamos el índice y el contenido del artículo de hoy. Un artículo un tanto especial, diferente. Ya me comentarás qué te ha parecido.
Índice de contenidos
- Paralelismo 1: No importa comenzar algo aun a sabiendas de que no lo vas a terminar
- Paralelismo 2: ¿Miedos? Sí, por favor
- Paralelismo 3: La resistencia del entorno siempre va a existir
- Paralelismo 4: ¿Solo o acompañado?
- Paralelismo 5: Nada se consigue en un día
- Paralelismo 6: Hecho mejor que perfecto
- Paralelismo 7: Nunca se avanza a la misma velocidad
- Paralelismo 8: Hay que aceptar que algunas cosas no dependen de ti
- Paralelismo 9: Nunca estás totalmente solo, aunque lo parezca
- Paralelismo 10: En movimiento es como surgen nuevas perspectivas
- Paralelismo 11: Siempre hay alguien de quien aprender
- Paralelismo 12: Se aprende haciendo
- Conclusiones
En los últimos, ultimísimos días de agosto he estado realizando el Camino de Santiago en bicicleta desde mi propio pueblo (Arahal) y por la Ruta de la Plata.
Entre pedaleos, irremediablemente, se me venían a la cabeza ciertos paralelismos entre lo que iba experimentando y lo que he experimentado en estos años de docente.
Y son precisamente esos paralelismos, los que quiero compartir contigo.
El orden de exposición no necesariamente se debe a un criterio de importancia.
No importa comenzar algo aun a sabiendas de que no lo vas a terminar
Sabía que iba a salir tarde y no completaría el camino. Aun así ¿valía la pena salir e intentarlo? Por supuesto que sí, de no haberlo hecho, el ejercicio físico, las vivencias, la sensación de libertad de ir con lo puesto, el conocer a diferentes personas en los albergues (aunque en algunos estuve solo, al ser temporada baja por el calor), ese viajar sin prisas, etc. Si no hubiera emprendido el viaje aunque hubiese sido tarde, no hubiera disfrutado de todas esas cosas.
Igual ocurre en educación. Aun sabiendo que no se va a dominar una técnica, una metodología, un contenido… las primeras veces, no debería ser impedimento para disfrutar de esos pequeños avances, de esos pequeños logros, de ese cambio de rutina (eso solo, puede que merezca la pena como docente)
¿Miedos? Sí, por favor
Todos tenemos miedos a la hora de afrontar algo nuevo y máxime si se emprende en soledad. En mi caso: comenzar completamente solo un viaje en bicicleta, dónde dormiría, la carretera, una caída y estar solo… la mente sabe jugar al miedo mejor que nosotros. Y este es necesario, pero hay que saber gestionarlo también.
En educación cuando afrontamos algo nuevo, sea lo que sea, también surgen dudas, miedos, incertidumbre. Y esto se acrecienta si estamos solos en el camino. Aun así, si se está convencido de algo, es necesario emprenderlo, afrontarlo.
La resistencia del entorno siempre va a existir
Ten cuidado, hijo, ¿no es mejor que salgas con la bici aquí por las tardes o por las mañanas?, que la carretera es muy peligrosa, y si te pasa algo en esos caminos (mis padres, siempre con la mejor voluntad del mundo). Siempre vamos a encontrar cierta resistencia (y con razón), máxime de la gente que nunca acometió el camino que quieres iniciar (como es el caso de mis padres). Al final hablando con mis padres, les argumenté por qué quería hacerlo y al final, como siempre, tuve su apoyo (benditos padres).
En educación pasa lo mismo. Cualquier camino que no se haya emprendido previamente, tendrá cierta resistencia (no digo que mal intencionada, pero resistencia al fin y al cabo). Por lo tanto, antes de iniciar algún proyecto, es necesario hablar, comunicar, argumentar los motivos didácticos. Si alguien se suma al proyecto, genial. Sino, cada cual debe ejercer la docencia de la mejor manera que entienda, siempre y cuando, esté acorde con la normativa.
¿Solo o acompañado?
Busqué compañía (sin mucho ahincó, la verdad sea dicha). Y hubiera sido la excusa perfecta para no salir, para no iniciar la experiencia. Pero a veces no podemos depender de nadie si estamos convencido de algo.
Siempre hay que buscar sinergías en educación. Que cada persona sume. Pero a veces, esto no es posible. No ven el proyecto que les cuentas, no tienen las ganas, no es el momento por, etc. Eso no debe ser impedimento para no iniciarlo, porque quizás, en un futuro, al ver en funcionamiento el proyecto se quieran unir. Mejor en compañía, pero sino puede ser, en soledad.
Nada se consigue en un día
A santiago no se llega en un día. Es cierto, Santiago está lejos (al menos de Arahal), pero Guillena no quedaba tan lejos. 1ª etapa. Un primer pasito dado. Santiago ya estaba más cerca, lejos aún, pero más cerca. 2ª etapa, Monasterio. Santiago seguía estando lejos, pero más cerca que de Arahal. 3ª etapa, torremejía…
Conseguir un criterio de evaluación o poner en marcha una metodología, dominar una aplicación para gestionar el aula… tampoco se consigue en un día. Es de perogrullo. Pero a veces, ver el objetivo final tan lejos, nos puede llevar a no intentarlo. Sería conveniente marcarse objetivos más pequeños. Poco a poco. ¿Has escuchado eso que dice que un elefante se como bocado a bocado? Pues igual. Desmenusa ese criterio de evaluación tan general, tan grande, tan pesado, en algo más digestivo, algo que puedas alcanzar.
Hecho mejor que perfecto
Lo perfecto hubiera sido llegar a Santiago, pero el camino hecho, andado es lo importante. Suena a tópico y a típico, pero es así. Al final no llegué a Santiago, pero eso sí, me quedé más cerca que cuando estaba en Arahal. Y sobre todo me quedé con muchas experiencias en la mochila (como iba en bicicleta, en las alforjas).
Al final puede que no consigas el criterio de evaluación general, pero seguro que si lo has iniciado te quedas más cerca y has contribuido a su logro.
Nunca se avanza a la misma velocidad
Rara vez el camino es llano (nunca). Siempre hay ondulaciones (cuesta arriba – cuesta abajo). No siempre he podido avanzar en las etapas al mismo ritmo. Subiendo algunos puertos, hasta los caracoles parecía que me adelantaban, eso por no hablar de tener que echar pie a tierra en algunos desniveles imposibles. Ahora, eso sí también, cuando cogía uno o dos kilómetros de bajada… ¡uffff vaya subidón!
Igual ocurre con los proyectos que queramos iniciar. Sabremos de antemano que habrá dificultades, que habrá momentos buenos, que no siempre avanzaremos al ritmo que nos gustaría… y quieras que no, saber esto es importante para afrontar dichos momentos.
Hay que aceptar que algunas cosas no dependen de ti
Siempre hay elementos que no puedes controlar, no dependen de ti (piedras en el camino, pinchazos, caminos cortados, el tiempo, el viento). Irremediablemente esto hace que tu camino dependa de ellos también. En mi caso, quise haber salido antes a iniciar el camino, pero las temperaturas de más de 41º por la zona de Andalucía y Extremadura me lo desaconsejaban. Pero en cuanto bajaron un poco, y aún a sabiendas, que no lo completaría, me lancé.
En educación pasa lo mismo. Tendrás compañeros que “eso no se ha hecho aquí nunca”, la cara del equipo directivo de “a ver qué va a hacer este”, las miradas de recelo de algunas familias… la actitud de los demás (positiva o negativa) hacia tu planteamiento no depende de ti. Pueden ser obstáculos, que no deben impedir tu camino. Evidentemente se verá alterado, pero no frenado. Un día con viento en contra se avanza mucho menos que si lo tienes a favor, pero también se avanza. Un entorno educativo que te apoye hará que el proyecto que pretendas iniciar avance a más velocidad.
Nunca estás totalmente solo, aunque lo parezca
Una vez iniciado el camino, ¿sabes qué ocurrió? Justo. Encontré a otros haciendo el camino. Algunos también solos. Pero en definitiva había gente que como yo, había decidido, emprender su propio camino.
En educación pasa lo mismo. Una vez se inicia un proyecto, una metodología, siempre se encuentra a gente que se una, comprenda y apoye el camino emprendido. En las redes encontramos a gente que ya lo ha trabajado, en un seminario alguien también está haciendo eso, etc.
En movimiento es como surgen nuevas perspectivas
Andando es cómo se te abren nuevas perspectivas. En Casar de Cáceres, un chaval llegó con la bicicleta al albergue diciendo que venía de Madrid y que iba para Lisboa. ¿Madrid-Lisboa? ¡Nunca lo había pensado! ¿Quizás en un futuro…?. Teníamos destinos diferentes pero el camino era muy similar: ejercicio físico, ir con lo puesto… al fin y al cabo, era viajar en bicicleta pero por una ruta diferente.
Mismo panorama ocurre en educación. Comienzas algo, te preocupas, miras, lees, observas y ¡clik!, de pronto, se te van abriendo nuevas perspectivas, nuevas ideas. Conoces a alguien que esto lo hace de este modo, aquel otro, sin embargo, lo enfoca así…
Siempre hay alguien de quién aprender
Iniciar el camino De Santiago desde mi propio pueblo, podría resultar algo nuevo, pero no, ya había habido otras personas de Arahal que lo habían empezado. Y ya en ruta, encontré en un albergue, en Monasterio, a Umberto, un italiano con 73 años, llevaba a sus espaldas 54 caminos -casi ná-.
Igual ocurre en la docencia. Algo que para nosotros es novedoso, si se busca, se indaga, se pregunta, seguro que se encuentra a otros compañeros que hacen algo similar.
Se aprende haciendo
Antes de iniciar el Camino De Santiago, estuve mirando albergues, caminos, comentarios de otras personas, pueblos por los que pasaba, etc. Digamos que conocía el Camino a nivel teórico. Pero nada comparado con la experiencia de haberlo hecho. Hay sentimientos, sensaciones que se viven, o no hay manera.
En educación, en ocasiones, caemos en el consumismo de formación. Es decir, sabemos que existe tal y cual cosa, qué experiencias han funcionado en otros coles… sin embargo, a veces, se queda en eso. No basta con conocer. Hay que hacer. Hay que poner en práctica. Hay que experimentar. Hay que vivenciar. Hay que aprender haciendo.
Conclusiones
He querido hacer un paralelismo entre lo que ha sido mi particular Camino De Santiago en bicicleta, con lo que es mi vida profesional/personal (la educación).
Poco tengo que concluir en este apartado. Salvo que hay situaciones que o se viven y experimentan o no se conocen en su totalidad.
No es fácil iniciar algo, encontramos resistencia en el entorno, en el contexto, pero aún así, si se está convencido y surge una oportunidad hay que iniciar ese particular camino.
Siempre es mejor hecho que perfecto. Lo perfecto hubiera sido llegar a Santiago, pero en mis alforjas llevo la experiencia de casi una semana viajando en bicicleta.
Y tú, ¿has hecho el Camino de Santiago alguna vez? ¿Se te ocurre algún otro paralelismo? Si es así, deja un comentario 😉
Como siempre muchísimas gracias por vuestras valoraciones de 5 estrellas en iTunes, vuestros me gusta y comentarios en iVoox, en Spreaker o desde cualquier otra plataforma que escuches el podcast. Mil gracias por suscribiros a los cursos y hacer sostenible todo este proyecto de educación física. Y sobre todo por estar al otro lado. ¡Comenzamos nueva temporada con fuerzas¡ Hasta la próxima 😉
PD. En el año 2011 realicé junto a tres fantásticas personas el Camino De Santiago. Lo iniciamos en Salamanca y llegamos a Santiago pasando por Orense. Si juntamos el camino de 2017 y el de 2011, el camino estaría completo. Buen Camino.
Marcela dice
Excelente comparación !!! Cuando se anda en bici es tal cual y la mente empieza a decir cosas que no imaginábamos ! El viento, el sol, el camino, los obstáculos y al regresar ese cansancio especial por la satisfacción de la tarea realizada !
Francisco Javier Vázquez Ramos dice
Hola Marcela,
Así es, son muchas las cosas que se te vienen a la mente, curiosamente más cuanto más cuesta arriba es el camino (al menos a mi).
Saludos y Buen Día!
Paloma dice
Buenas; la libertad que te transmite una bicicleta no te la da otro medio de transporte. Me encanta montar en bici y dejar que mi mente fluya. En más de una ocasión, he tenido un problema y la respuesta o la decisión ha tomar me ha surgido montando en bici. Aún no he hecho el Camino de Santigo, pero si es un reto que quiero hacer. A si es que muchas gracias por compartir tu experiencia y asociarlo con la vida.
Francisco Javier Vázquez Ramos dice
Hola Paloma,
Totalmente de acuerdo contigo con lo de la sensación de libertad que te da una simple bicicleta.
Te animo a que algún día hagas ese pequeño viaje en bicicleta, porque seguro que lo disfrutas mucho.
Saludos y que tengas un muy Buen Día!
Nicolás dice
Muy buen paralelismo y totalmente acertado. Gracias por contar tu experiencia.
Francisco Javier Vázquez Ramos dice
Hola Nicolás,
Me alegro que te haya gustado este particular «camino».
Saludos y Buen Día!
Antonio Iglesias dice
Este verano me lancé en solitario con la bicicleta plegable, hice le camino desde Mérida y la verdad que no puedo estar más de acuerdo contigo. Me fui en solitario y ha sido una gran experiencia llevaré conmigo. Pensaba igual que tú, la mayoría de la gente me veía y me decía que dónde iba con esa bici de juguete…yo les decía sonriente a Santiago. Pensaba mucho en sus caras de resignación, su negatividad al respecto argumentando que estaba loco y esas mismas caras y miradas las había visto en algún que otro claustro. Después de casi 900 kilómetros porque me perdí unas cuantas veces llegue a Santiago y en mi interior una sonrisilla socarrona que me decía ¿has visto Antonio como si hemos podido? Enhorabuena por el post y un abrazo compañero. Buen camino escolar.
Francisco Javier Vázquez Ramos dice
Hola Antonio,
¡Vaya aventura bonita!
Con bici de bolsillo, como diría aquel… fantástico. ¿Llevabas mochila en lugar de alforjas?
Gracias por compartir tu experiencia por aquí.
Un abrazo y buen camino escolar.
Antonio Iglesias dice
Todo empezó porque leí las historias de Heinz Stüke un alemán que ha dado la vuelta al mundo en bicicleta, lleva 50 años haciéndolo y últimamente va en una bicicleta plegable como la mía. Llevaba tiempo pensando en comprarme una específica de cicloturismo y al final me dije…excusas siempre excusas, no tengo la bici apropiada, hace mucho calor, hace mucho viento, me duele aquí, me duele allí y en una semana organicé todo y me largué…(la mochila iba detrás del asiento con unas correas amarrada). La mayoría de las veces el cerebro crea mil y una excusas para evitar explorar cualquier terreno desconocido…menos mal que la parte reptiliana y emocional de vez en cuando capturan a la racional y nos brindan estas aventuras
Francisco Javier Vázquez Ramos dice
Tu lo has dicho Antonio, las excusas siempre están por ahí rondando para evitar hacer algo nuevo, salir de la zona de confort. Lo mío tampoco ha sido pensarlo y salir, sino que ya me venía rondando la cabeza desde hace algún tiempo y al no encontrar a nadie como compañía pues me evitaba a mí mismo la experiencia. Hasta que en un momento dado las circunstancias cambian y, como bien dices, la parte emocional vence a la racional… y tira millas! Leeré algo sobre este hombre, seguro que tiene mucho que aportar.
Un abrazo!!