Jugando con los órganos de los sentidos: la siembra de los colores

Aprendemos a través de los sentidos. Desde la educación física se contribuye al desarrollo de los órganos de los sentidos de diferentes formas. En esta ocasión quiero compartir contigo una historia sobre una fiesta que te ayudará a trabajar, no solo ciertos aspectos visuales y auditivos, sino también el proceso de la siembra y así poder relacionarla con conocimiento del medio.

[piopialo vcboxed=»1″]Jugando con los órganos de los sentidos y el conocimiento del medio: la siembra de los colores[/piopialo]

Índice de contenidos

• Iniciando la fiesta de la siembra de los colores
• Primeros juegos para calentar la fiesta
• Primeros juegos de la fiesta: sembrando los colores
• Más juegos: regando y abonando los colores
• La recolección de los colores
• Análisis de la sesión a nivel sensitivo
• Conclusiones

Según la planificación, sobre estas fechas me tocaba trabajar la unidad didáctica de los cincos sentidos.

Ya he hablado en otras ocasiones sobre cómo se puede trabajar los órganos de los sentidos en educación física (aquí un ejemplo sobre cómo trabajar la función de relación).

En estas sesiones he desarrollado diferentes tipos de juegos enfocados a conseguir el objetivo (el juego de los indios fue uno de ellos), pero en este artículo quiero compartir contigo una pequeña historia.

Esta historia la podrás relacionar, sin ningún tipo de problemas, con el área de conocimiento del medio.

Para llevar a cabo esta relación deberemos hacer ver a los chicos que son sembradores. Pero no de cualquier cosa, sino de colores.

Aunque eso no querrá decir que no haya que plantarlos, regarlos, echarle abono, recolectarlos, etc.

Los colores necesitarán el mismo cuidado que cualquier otra planta que queramos sembrar.

Y antes de continuar quiero dar las gracias a mi compañero José Manuel Cenizo por su indudable contribución para que esta historia pudiera ser contada y compartida.

Contextualizando: la fiesta de la siembra de los colores

Primera forma: se le dice directamente qué vamos a realizar

Lo primero para llevar a cabo esta dinámica es comentarle a los niños nada más llegar que hoy vamos a realizar el trabajo y la labor de sembradores.

Así que podemos preguntarle qué es lo que podemos sembrar en la pista polideportiva, o en el gimnasio.

Seguramente dirán que nada. O puede que comiencen a decir diferentes plantas o árboles. Nosotros le comentaremos que se pueden sembrar colores. Y pasamos al siguiente punto.

Segunda forma: a través de una pequeña historia. (mi preferida).

Una vez llegan los chicos los sorprenderemos con voz baja, cara de sorpresa y gestos amplios y le decimos:

¿sabéis que aquí se pueden sembrar colores? Una vez me contaron que hace muchísimo tiempo esto era un espléndido terreno donde florecían flores de todos los colores (rojas, amarillas, verdes, azules…). Pero un día, todo aquello desapareció sin saber por qué… Para conmemorar la belleza del lugar, unos habitantes comenzaron a celebrar una fiesta para no olvidar jamás tanto color junto. A la fiesta la llamaron “la siembra de los colores”. ¿Queréis que celebremos hoy su fiesta?

En este punto ya tendríamos a los chicos todos atentos de querer saber más y, por supuesto, de querer participar en la fiesta.

Antes de seguir, tenemos que hacerles ver que durante toda la fiesta tienen que tener los ojos y oidos bien abiertos (al fin y al cabo es lo que queremos trabajar).

Primeros juegos para calentar la fiesta

Con esta pequeña historia tendremos a los chicos bastante atentos para poder comenzar con los juegos propios de la sesión.

El primero de ellos, lo utilizaban los habitantes de aquel lugar para hacerse ver unos a otros que se tenían mucho cariño y que sin ellos no podrían realizar ningún tipo de juego. Al juego lo llamaban «los paquetes» y éste nos servirá de calentamiento. Todos corren por el espacio y consiste en hacer diferentes tipos de paquetes (abrazos entre varios niños) en función de las indicaciones que diga el maestro (la señal puede ser auditiva o visual) a la siguiente señal se sigue corriendo por el espacio (normal, lateral, a cuadrupedia, saltando…). Por ejemplo: paquetes de 4 (y tienen que abrazarse y formar grupos de 4, después siguen con su desplazamiento), paquete mixto de 3 (debe ser conformado por chicos y chicas), paquetes de colores (se tienen que juntar los niños que tengan prendas del mismo color), etc.

Como decía, las señales pueden ser acústicas o visuales.

• Ejemplo de señales sonoras: un toque de silbato significa paquetes de 4, unas palmadas paquetes mixto de tres, dos toque de silbato paquetes de 5, etc.
• Ejemplo de señales visuales: un pañuelo azul significa que hay que realizar paquetes de 3, el pañuelo rojo que paquetes de 5 mixto, el maestro de frente a una canasta paquetes de 4, la mano del maestro puesta en el hombro paquetes de 8, etc.

Es importante, que antes de empezar a realizar el juego de los paquetes, le tendremos que dar una señal clave que solo se utilizará para terminar el juego y que conlleva una acción posterior: la de ubicarse en un lugar concreto.

Por ejemplo, la señal sonora de «la,la,la,la,la» significará hacer paquetes de tres e irse a uno de los conos que previamente hemos colocado en una línea de la pista. Cada paquete tendrá su cono donde estar situado.

Primeros juegos de la fiesta: sembrando los colores

Una vez hemos terminado el juego de los paquetes, ya estarán en disposición de comenzar el siguiente juego.

Éste está relacionado directamente con la siembra, siembra de colores.

Para sembrar necesitamos semillas. Y las semillas serán cualquier material que tenga color: conos, pivotes, conos chinos, ladrillos, pompones, saquitos, etc. Cuanto más semillas mejor.

Estarán ubicadas en la línea opuesta a la que están situados los paquetes (para que haya un cierto desplazamiento y por tanto una cierta intensidad física).

Los paquetes en forma de relevo deberán ir a por las semillas y sembrarlas en el lugar que quieran de la pista. El siguiente en el relevo sale cuando su compañero ha cogido la semilla. De este modo se quita todo el foco sobre la competición, y la «peshá» de correr que se pegan es la misma.

Seguramente cuando terminen de sembrar las semillas no estarán bien distribuidas por el espacio. Habrá zonas que no tengan apenas nada y otras que tengan muchísima siembra.

Podemos aprovechar esta situación para comentarles que cada árbol, cada planta necesita su espacio de dónde sacar los nutrientes. Cada semilla debe tener su propio «plato de comida» para que crezca sana y fuerte.

Así pues, de nuevo a través de las carreras de relevo, van saliendo a distribuir las semillas de un modo que todas puedan tener su pequeña parcela de donde poder nutrirse.

Tanto en la siembra como en la distribución no hay ningún ganador, ni nadie se lleva puntos ni nada parecido.

Os dejo un vídeo muy breve sobre la siembra.

Más juegos: regando y abonando los colores

Una vez los colores han sido sembrados y distribuidos, toca realizar su cuidado.

Reunimos a los chicos y les preguntamos qué va detrás de la siembra.

Efectivamente, regarlos. ¿Y cómo los regamos? Muy fácil. A través de un conjuro que transforma las manos de los niños en regaderas.

Abracadabra, pata de cabra, que vuestras manos se conviertan en regaderas (no pega mucho pero puede valer y además funciona 🙂

La riega es fácil, solamente tiene que llegar al color y tocarlo con la mano y hacer con la boca el sonido psssss (de echar agua, claro).

En ese momento cada niño, durante el tiempo que indique el maestro, tendrá que intentar regar todas las semillas del color que elija. Cada uno el que quiera.

Posteriormente los volvemos a retar, y en el mismo tiempo, deben intentar regar las semillas de dos colores diferentes. Todas la azules y todas las rojas, por ejemplo.

Podemos hacerlo con tres colores, con cuatro… pero con dos podría ser suficiente.

Después de regarlos volvemos a preguntar a los chicos que cuidado viene posteriormente.

Así es, abonarlos. Y eso es lo que haremos.

Existen diferentes tipos de abonos: saltar por encima del color, darle un giro al color dejando la mirada fijada en el mismo, y cualquier otra acción motriz que nos interese trabajar.

La acción de girar sobre un mismo color con la mirada fijada es sumamente interesante para el desarrollo de la visión.

El abono se puede realizar a semillas del mismo color. A semillas de diferentes colores.

Para poder abonar dos colores distintos hay que seguir un orden. Por ejemplo, rojo, después amarillo y por último azul. De este modo, el chico tiene que estar haciendo la acción de abonar, y estar atento a la siguiente semilla que le toca.

Antes de pasar a la recolección, podemos implementar más acciones como quitar la yerba a los colores. Las yerbas podrían ser chapas, o cualquier otro material, que se repartan por todo el espacio.

Nota: el abono se puede realizar a través de señales visuales o auditivas. Para ello hay que asociar un tipo de abono a un tipo de señal.

la recolección de los colores

Una vez que los chicos, mediante acciones motrices, realicen todos los cuidados de los colores, se procederá a su recolección.

Ésta se hace de forma sencilla.

Vuelven a ponerse en posición de paquete. Misma posición que estuvieron para la siembra.

La recolección se realizará en forma de carreras de relevo. Y se puede llevar a cabo de tres modos distintos: por colores, por formas o por colores y formas.

• Por colores. Todos los elementos de un mismo color se ubican en un lugar en concreto.
• Por formas. Se recolectarán en función de la forma. Todas las formas iguales en un mismo lugar.
• Por forma y color. Misma forma y mismo color.

Análisis de la sesión a nivel sensitivo

La percepción del movimiento propio, el de otros chicos u objetos móviles (naturales o artificiales) es sumamente importante para el desarrollo de la percepción visual.

A través de la siembra de colores se está continuamente trabajando los movimientos sacádicos.

Un movimiento sacádico, según la Wikipedia es:

Un movimiento rápido del ojo, cabeza u otra parte del cuerpo de un animal o dispositivo.

Estos se producen para buscar aspectos interesantes de lo que está ocurriendo y así poder formarse un mapa mental respecto a lo que está sucediendo.

A través de la siembra de colores los chicos deben estar continuamente haciéndose un mapa mental de su entorno cambiante (especialmente cargado de estímulos visuales) para poder tener éxito en sus acciones.

Por otro lado, si asociamos las acciones a realizar a estímulos sonoros, no solamente estaremos desarrollando aspectos visuales, sino también auditivos, de concentración y atención.

Conclusiones

Esta pequeña historia y celebración de la fiesta de la siembra de los colores hace que el chico se implique y se contextualicen ciertas acciones motrices que de otro modo serían tareas aisladas la una de la otra.

Continuamente se está trabajando el desarrollo de aspectos visuales y auditivos.

Paralelalamente, la atención y concentración igualmente se están desarrollando debido a la multitud de estímulos que están en juego en todo momento.

Y por último, es una buena oportunidad de relacionar la educación física con el área de conocimiento del medio.