#425. Cómo solventar LA queja más DEVASTADORA de los docentes de EF (y de la que casi nadie habla)
Hoy hablamos de cómo solventar una de las quejas más devastadoras de la EF y, sin embargo, apenas se habla de ella. Hoy hablaremos y veremos cómo solventarla.
¿Qué vamos a ver exactamente?
- Cuál es esa queja de la que (casi) nadie habla y es tan devastadora.
- Cómo solventarla gracias a un consejo de una doctora en ciencias de la actividad física y el deporte (que ha trabajado en la NBA).
- Ejemplos prácticos en EF.
Vamos allá.
Una queja en EF de la que nadie habla y tiene efectos devastadores
Verás.
Hay una queja habitual (y con razón) dentro del gremio sobre:
- Que si llueve.
- Que si la acústica de los pabellones es desastrosa.
- Que si hablar al aire libre… peor que dentro.
- Que si pasa un avión supersónico justo en el momento que estás explicando.
- O peor que un avión, que pase una avispa.
- Que si hace calor.
- Que si pasa el típico de los mandaitos de otras clases y hace alguna gracia.
- Que si…
¿Pero sabes una de las cosas que más cansa -al menos a mi- y no se suele decir?
Hacer por hacer.
No tener un propósito claro en mente.
No sé qué pasa con eso, tío, que como vayas sin tener claridad a tus clases… te cuesta un mundo echar el día.
Suele pasar esos días tontos de finales de trimestre, de celebraciones de efemérides…
¿Sabes lo que te digo?
Esos días que uno va a «echar el día a atrás como buenamente pueda», suelen ser los más difíciles.
Personalmente que haga frío, haga calor, venga a saludar una avispa amablemente… o lo que sea no me cansa tanto como no tener claro qué tengo que hacer.
Ese es mi caso.
Lo mismo tú te sientes cómodo con eso.
No lo sé.
Personalmente terminé muy quemado de mi época en la que juntaba un puñado de juegos relacionados con una temática y ya. Sí los chavales se lo pasaban bien, pero yo terminé hasta la coronilla. Al cabo del tiempo no le veía mucho aliciente a eso. Pensaba ¿para esto he estudiado dos carreras y aprobado unas oposiciones?
Bueno.
Pues de esto se habla poco en el mundo de la educación física.
De tener un propósito. De no hacer por hacer.
Tener recursos está guay.
Tener miles de juegos está bien.
Todo eso está bien y es necesario… pero podemos acogernos al dicho de que los recursos no dan la felicidad.
Los juegos no dan la felicidad.
Lógicamente ayudan y son necesarios.
Pero lo importante no son los juegos, los juegos, las actividades, las tareas, son el recurso, pero todo eso debe estar orientado a conseguir algo de mayor calado. Algo con mayor peso educativo.
¿Y cómo se hace eso?
Lo que puedes aprender como docente de EF de Lorena Torres
Hace no mucho, vi una entrevista que le hicieron a Lorena Torres. Por si no la conoces Lorena además de ser doctora en Ciencias del Deporte, lleva más de 20 años en la élite deportiva mundial. Ha trabajado en la NBA con los San Antonio Spurs y los Philadelphia 76ers, y en 2021 fue clave en el equipo de rendimiento de la selección española de baloncesto que ganó el Eurobasket.
En fin, que cuando habla, hay que escucharla.
A Lorena le preguntaron:
— ¿Cómo empieza un plan de entrenamiento?
— Lo primero es muy importante, y yo creo que la gente no le dedica tiempo, es saber realmente qué es lo que quieres.
Fíjate lo que dice: «saber realmente qué es lo que quieres».
Y eso no es nada fácil.
¿Por qué?
En parte porque nadie nos ha enseñado a saber qué queremos. Que lo mismo a ti sí, no lo sé. Pero por regla general no es lo más habitual.
En muchas ocasiones nos ponemos a apagar fuegos y nos dejamos arrastrar por la inercia y las prisas del día a día. Vamos haciendo lo que va tocando en el día. Sin levantar la cabeza de a dónde queremos llegar.
Y ese levantar la cabeza es importantísimo para poder saber a dónde queremos llegar.
Entonces.
Lo que dice Lorena es clave a la hora de enfrentarnos a nuestras clases. Es decir, un plan de entrenamiento, o educativo, da igual, siempre comienza con tener claridad sobre a dónde queremos ir. Por lo tanto, antes de llegar y recoger al grupo y llevárnoslo al patio tenemos que preguntarnos… ¿tengo claro lo que quiero realmente?
Ojo, que la pregunta tiene guasa. No creas que todo el mundo sabrá responderla. No sé tú, pero no es una pregunta fácil. Lo que te quiero decir, no te la tomes a la ligera porque tiene su aquel.
Repito: ¿tengo claro lo que quiero realmente?
Te pongo algunos ejemplos donde quizás se vea mejor.
Ejemplos prácticos
Imagina que te encanta viajar. Pero si vas a salir de viaje… ¿tienes claro lo que quieres? Tienes claro a donde quieres ir. No digo que viajar por viajar no sea un buen plan. Pero por regla general vas a necesitar un destino y un tiempo. Pasa igual con la situación de aprendizaje o con una programación. Tienes un tiempo y un destino (educativo) al que llegar.
Pasa con casi todo en la vida. Imagina que te vas a hacer una casa: ¿tienes claro lo que quieres? Son 6 habitaciones, 3 cuartos de baño, tal vez uno, 1 piscina, 1 jardín, lo mínimo para no dedicar mucho tiempo al mantenimiento… ¿sabes lo que quieres exactamente?
Parecen preguntas obvias y, quizás algo tontas, cuando se ven con ejemplos fuera de la educación. Pero ya te digo que no es fácil responder a esa pregunta dentro del ámbito educativo.
No lo es.
Pero vamos a poner algún ejemplo práctico de EF.
Imagina que quieres conseguir que tus estudiantes hagan una carrera de orientación sencilla. Pues entonces tendrás que ir dando pasitos para que lleguen a completarlas. Esos pasitos serán reconocer el binomio realidad-representación gráfica, saber orientar un mapa, etc.
Eso es muy diferente a llegar y querer trabajar la orientación y hacer juegos y juegos de orientación sin tener claro qué quieres conseguir. Existen decenas y cientos de juegos de orientación (en el curso de orientación que hay dentro de la ComunidEF tienes muchos), pero lo importante es dónde quieres llegar tú con tus alumnos. Qué quieres enseñarles. A partir de ahí, da igual el tipo de juegos que hagas, el tipo de actividades y tareas que utilices.
Justo lo que decía Lorena Torres y que, previamente, han dicho un montón de pedagogos y docentes. Porque eso es así.
Resumiendo.
Esta forma de proceder, exige ese esfuerzo inicial de plantearte qué quieres exactamente conseguir con tus alumnos: ¿es hacer una sencilla carrera de orientación? ¿Es ocupar los espacios libres? ¿Es mejorar la coordinación en el salto? ¿Es aprender a correr a ritmo? ¿Qué es exactamente lo que quieres?
Sin embargo, será ese esfuerzo inicial precisamente el que haga que tengas claridad, que tengas propósito. Y ese propósito evitará, en gran medida, que te vayas destrozando por dentro poco a poco. Porque alguien que hace por hacer, tarde más o tarde menos, termina quemándose. Por eso es tan importante pararse a hacer lo que decía Patricia: «Lo primero es muy importante, y yo creo que la gente no le dedica tiempo, es saber realmente qué es lo que quieres».
Y bueno, eso era lo que te quería contar esta semana.
Y recuerda:
Párate y piensa. Que no todo el trabajo es hacer y hacer y hacer. A veces, el mayor trabajo está en parar y definir bien el camino que vas a recorrer.
Pasa un gran día.
Kisco
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